domingo, 9 de enero de 2011

Enfocar en situaciones difíciles.



Seguramente a casi todos nos ha sucedido que al intentar enfocar en situaciones de poca luz o cuando el objeto u objetos a enfocar tienen poco contraste la cámara o no atina con el foco o, directamente, no llega a enfocar la escena impidiéndonos hacer la foto. Vamos a ver distintas opciones para solucionarlo.

Para situaciones de poco contraste podemos recurrir al enfoque manual. Yo suelo utilizarlo, sobre todo con lentes fijas, por dos motivos: me parece un muy buen ejercicio y además proporciona práctica para situaciones, como la supuesta, de necesidad. Si en la escena pudiéramos encontrar algún elemento que nos facilitase el enfoque podremos enfocar en éste y reencuadrar para disparar.

También se puede dar que queramos fotografiar elementos a través de una verja o mismo enfocar la propia verja. Si el grosor de la verja es pequeño el enfoque automático de la cámara puede no lograr enfocarla por lo que la mejor solución y más rápida será pasar a enfoque manual. Si lo que queremos es enfocar los elementos a través de la verja el problema puede ser precisamente que ésta sea demasiado gruesa y el AF tienda a enforcarla. En ese caso podemos aplicar la misma solución o bien alinear la cámara en uno de los huecos de la verja y después reencuadrar.

Por último, otra de las situaciones difíciles que  nos podemos encontrar es enfocar con poca luz. Dentro de esta última diferenciaremos entre enfoque cercano y lejano. En el enfoque cercano podemos: recurrir al flash integrado que, por medio de unos destellos, proporcionará luz suficiente para que la cámara haga un enfoque preciso; utilizar un flash externo con asistencia al AF (la luz roja de la parte frontal) o bien enfocar manualmente el objeto en el caso de que a través del visor o por medio del "live view" (si lo tiene nuestra cámara) podamos hacer un enfoque válido. Otra posible solución es llevar una buena linterna pero además de que la distancia efectiva de la luz de la linterna no será demasiada las linternas pueden llegar a salirnos realmente caras. Para enfoque lejano y algunas situaciones de enfoque cercano la mejor solución es el uso de un láser.

Se utiliza láser verde para el enfoque ya que el punto luminoso que genera al impactar en la superficie del objeto a enfocar es más luminoso que el de color rojo y por tanto aporta más información al sistema de AF de la cámara para hacer un mejor enfoque. Podemos encontrar diferentes potencias dentro de los lásers, desde los 5mW hasta los 200mW. Por encima de éstas potencias ya son más difíciles de conseguir y la verdad es que fotográficamente no es necesario llegar a estos niveles. La potencia de un láser puede ser real o conseguida por medio de lentes que amplifican el haz de luz. Ésto último no nos interesa en absoluto para conseguir un buen enfoque. Yo utilizo un láser verde de 30mW reales que es más que suficiente para enfocar a bastante distancia de la cámara, unos 100 metros o inclus oalgo más quizá. Para enfocar es necesario tener muy buen pulso con el puntero láser o bien apoyarse en algo para no moverse y, por supuesto, apagar o apartar el puntero antes de tomar la foto.

Os dejo un ejemplo de enfoque nocturno en el que, por la naturaleza del material del objeto a fotografiar, el uso del flash integrado para el enfoque no era eficiente y al no tener el flash externo en la mochila  me vino de perlas tener el láser encima para enfocar:


El uso del láser también nos proporciona muchas posibilidades en el campo creativo. En este caso la siguiente fotografía la he realizado con un láser rojo, que al tener menos intensidad lumínica me permitió definir mejor los trazos del puntero, y posteriormente lo viré a verde para conseguir el acabado que pretendí al hacer la toma:

 
Eso es todo. Como siempre si tenéis cualquier duda no dudéis en dejarla en un comentario. Nos vemos.

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